Popularmente se cree que las jirafas han desarrolado un largocuello para alcanzar la comida de los árboles más altos, pero esto no es cierto, ya que pasan más del cincuenta por ciento de su tiempo comiendo con el cuello en posición prácticamente horizontal. Entonces, ¿cuál es la respuesta?
El zoólogo Rob Simmons entiende que la singular característica de estos animales tiene una función sexual. Los machos luchan con violencia cuello con cuello por hacerse con las hembras, a veces hasta hacerse daño. Así, aquellos machos que tienen los cuellos más largos y robustos resultan vencedores y, por ende, son los elegidos por la hembras.
Además, otro aspecto que refuerza esta teoría es que los cuellos de los machos son mucho más largos que los de las hembras y su cuernos están mucho mejor armados, siendo más poderosos durante la edad adulta.